El vuelo de regreso del AC Milan desde Salerno estuvo envuelto en turbulencias, no por las condiciones climáticas, sino por el desempeño del equipo y las preguntas sobre el futuro de su entrenador, Stefano Pioli. Después de la derrota, Pioli estuvo en el ojo de la tormenta como nunca antes, y los rumores sobre un posible cambio de entrenador comenzaron a circular entre los aficionados.
Sin embargo, la tarde trajo claridad sobre la situación de Pioli. Una llamada telefónica entre Gerry Cardinale y Giorgio Furlani confirmó que el entrenador no sería relevado de su cargo. A pesar de la decepción y preocupación por el rendimiento del equipo, la decisión de seguir adelante con Pioli se basó en las llamadas telefónicas realizadas por la empresa a los principales actores, como los dirigentes del club, que expresaron su apoyo al entrenador actual.
Uno de los principales problemas que enfrenta Pioli es la abrumadora cantidad de lesiones en el equipo. El AC Milan ha experimentado 30 problemas físicos en cinco meses, lo que ha afectado negativamente al rendimiento del equipo en la Serie A y la Liga de Campeones. El club atribuye estas lesiones a factores que incluyen la gestión física y la motivación del grupo.
Gerry Cardinale, en un mensaje navideño, expresó su insatisfacción con la posición actual del equipo y la Liga de Campeones. Aunque se mantiene la confianza en Pioli por ahora, hay presión tanto desde la directiva como de los aficionados, lo que podría llevar a un cambio de entrenador al final de la temporada.
Se han mencionado dos nombres como posibles sucesores si la situación empeora. Antonio Conte, un entrenador destacado y disponible, podría ser una opción, aunque las consideraciones económicas podrían ser un obstáculo. El segundo nombre es Ignazio Abate, pero el paso a la Serie A puede ser un desafío significativo.