Gabriel Batistuta y Carlos Tevez tienen algo más en común que los goles anotados con la camiseta de la ‘Albiceleste’. Ambos son leyendas, como muchas otras, que pasaron por las manos de Jorge Griffa durante sus años como captador de talentos en Argentina. Porque no le valió con ser un mito del Atlético de Madrid. Tras su retiro se dedicó a alzar piedras para sacar de ahí a cracks que brillaron donde fueron. Y también para moldear una camada de entrenadores que encabezó Marcelo Bielsa y al que siguieron ‘Tata’ Martino o Mauricio Pochettino.
El ‘Coque’ fue un virtuoso para encontrar virtudes. Aunque, antes de eso, no hacía amigos en el terreno de juego. Su férrea actitud como defensor central le llevó a ser un nombre dorado en la historia colchonera. En la capital duró diez temporadas en la década del ’60. Rivilla, Griffa, Calleja fueron la seguridad necesaria para ganar una Recopa, una Liga y tres Copas del Generalísimo. El mismo que le buscó para conocerle.
“El caudillo Franco me fue a ver a la cancha. ‘Me han hablado tanto de ti’, me dice, ‘que tengo que venir a verte yo en vez de que tú me veas a mí’, eso me dice el caudillo (…) me acuerdo que me dijo ‘me han dicho que tú eres un jugador de fútbol medio y un asesino'”, recordó en una entrevista con ‘Jot Down’.
Además, para Jorge dos cursos en el Espanyol también fueron fructíferos, consiguiendo el ascenso con los pericos en 1970. Y, con ello, tras el año en Primera como blanquiazul, llegó la retirada. Pero no el olvido.
Volvió a su Argentina natal para dedicarse a una pasión escondida: la captación de jugadores. Newell’s Old Boys era la casa perfecta para elaborar un plan que disponía de coches recorriendo el territorio argentino de arriba a abajo. En ese trabajó formó a otro gran conocedor de talentos nacionales: Marcelo Bielsa. Juntos lograron pulir nombres como Mauricio Pochettino, Gerardo Martino o Gabriel Batistuta, todos de una u otra forma ligados a una filosofía impregnada del fútbol rosarino que Griffa, oriundo de Casilda, plantó en el equipo ‘leproso’. Los tres primeros, incluso, llevándola también a los banquillos años más tarde.
Entonces llegó la marcha la capital. Boca Juniors tocó a su puerta para poder trabajar de forma similar a lo hecho en Newell’s, pero forjando los jugadores en la ‘Candela’ de Buenos Aires, antigua ciudad deportiva del equipo azul y oro. Y fue así como Carlos Tévez, Ever Banega o Fernando Gago dieron el salto a La Bombonera. Y de allí a Europa, potenciados por un sabio que se cansó de descubrir cracks. ‘Colchoneros’, ‘xeneizes’ y ‘leprosos’ lloran por igual a su leyenda. Y un escultor como pocos se han visto.