La Penya ha sido siempre un club eminentemente de cantera y en los últimos años esta idiosincrasia ha tomado nuevos bríos, en parte por las estrecheces económicas y en parte también por la necesidad de reforzar la estructura de trabajo para evitar algo que ha sucedido por ejemplo con el Estudiantes, que pasó de ser el equipo del Ramiro a malvivir ya varias temporadas en la LEB Oro. Que, por cierto, es líder y sigue luchando por regresar a la Liga Endesa después de varios intentos fallidos.
Y la afición está contenta. Hacía años que no se abría la parte superior del Palau Olímpic salvo en contadas ocasiones y desde hace dos campañas son habituales las entradas de 7.000 y 8.000 espectadores. Con un Joel Parra que se marchó el pasado verano al Barça y con los canteranos Pau Ribas, Guillem Vives, Pep Busquets, Jordi Rodríguez, Yannick Kraag, Rubén Prey y Miguel Allen, un nombre está emergiendo por encima de todos en las últimas semanas.
Se trata de Michael Ruzic, un croata de 2,08 metros que sigue creciendo a sus 17 años y que se mueve a la perfección en ese papel de falso cuatro capaz de hacer daño en la lucha por el rebote y en el lanzamiento exterior. La pasada jornada liguera destrozó sus registros en la victoria verdinegra ante el Zunder Palencia (89-77) con +19 de valoración gracias a sus seis puntos, cinco rebotes, dos asistencias, tres robos y seis faltas recibidas.
De forma paralela, la nueva perla verdinegra que acaba de renovar hasta 2029 sigue con sus estudios on line y lo tiene todo encarado para concluir su formación preuniversitaria este verano. Además, tiene una profesora de castellano y ya habla bastante bien pese a que solo lleva unos meses aquí. Y es que uno de los secretos del ala-pívot es su prodigiosa ‘cabeza’ y su inteligencia tanto dentro como fuera de la pista.
Pero… ¿por qué es tan bueno y por qué ha escalado tan rápido? “Yo llevaba dos años siguiéndolo y lo teníamos controlado. El verano pasado cuando vino la idea era que estuviese en dinámica de CB Prat (el equipo vinculado de LEB Plata), que participase en partidos puntuales con el junior y que pudiese participar en los entrenamientos del primer equipo”, explicó a SPORT David Jimeno, jefe de cantera de la Penya, asistente del primer equipo y entrenador del junior verdinegro hasta el pasado verano.
Hijo del exjugador Tomislav Ruzic que disputó varias Euroligas (el verdinegro nació en la localidad gala de Besançon) y de una legendaria jugadora de voleibol, Michael Ruzic se ha saltado todos los escalones y no ha vuelto a aparecer por la LEB Plata desde que el 4 de noviembre anotase 10 puntos en la victoria ante el Gran Canaria (95-78).
Nunca mejor dicho, de casta le viene al galgo, ya que su padre mide 2,08 metros y su madre está en 1,93 m. Barbara Jelic-Ruzic logró tres medallas de bronce en los Europeos de Voleibol con Croacia en la década de los 90. Además, su abuelo Ivica Jelic fue sexto también en voleibol en los Juegos de Moscú’80 con Yugoslavia.
Y es que entre la plaga de lesiones del primer equipo del Joventut y la marcha de Onuaku con sus tiros libres ‘a cuchara’ y de DeShaun Thomas, el croata fue teniendo oportunidades y las ha aprovechado todas. Mención especial ahí para un técnico valiente como Carles Duran que no duda a la hora de apostar por la cantera, algo que comparte con Porfi Fisac (Casademont Zaragoza).
“Él es supercompetitivo y solo busca que el equipo gane. Si para eso tiene que hacer solo dos tiros y lanzarse al suelo a por una bola, lo hace encantado. Está muy feliz y el club le ha generado la plataforma que él y su familia querían. Al final es un chico que ha mamado en casa la cultura deportiva. Ellos buscaban un proyecto, lo tenían muy claro, les gustó nuestra estructura y todo va a la perfección”, explica Jimeno.
Con 2,08 metros, Ruzic podría crecer algún centímetro más y vendría a ser un jugador tipo Nikola Mirotic, aunque con algo menos de calidad pero con mucho más carácter y un mayor desempeño físico. “Es que no ves jugadores jóvenes con su carácter, con su personalidad y con la humildad que tiene, porque él sabe que le falta mucho todavía. Tiene mucho talento, pero a mí me llama más la atención su determinación. Su mentalidad está fuera de lo común”, prosigue.
Tanto, que no dudó a la hora de explicar cómo desde sus primeros entrenamientos a las órdenes de Carles Duran “ha dado nivel. Ya tenía contrato, pero el club ha querido ser honesto y por eso ha renovado hasta 2029 con otro más acorde a lo que está haciendo. Michael es futuro en la Penya, pero también es presente. Creemos que también puede ser un espejo y marcar el camino a los otros jóvenes del club”.